Fluxus forma parte de la tradición vanguardista antiarte, propone acabar con el arte como lo conocemos, la resignificación del arte. Fluxus propone llevar el arte de nuevo a la vida cotidiana, y defiende la idea de que todo puede ser arte y cualquiera puede ser artista. Intenta revalorizar objetos de la vida cotidiana, ver como cada una de esas cosas esconde un hecho artístico. Sus obras no son llevadas a cabo de una manera específica por alguien con una habilidad o conocimiento en particular, ni buscan convertirse en algo con valor monetario para ser vendido en el mercado del arte. Su objetivo es evitar ser comprendido dentro de los parámetros del arte académico-tradicional/institucional que forman parte de la alta cultura.
Para los espectadores, Fluxus nos propone participar de forma más activa en las obras, apropiarnos de ellas, sumergirnos plenamente en la experiencia. En las obras se esperaba una reacción ya que están abiertas a la creatividad del espectador frente al objeto artístico. Fluxus busca dejar de lado el conocimiento necesario para comprender una obra de arte, para poder hacer una interpretación y llegar al sentido profundo de una obra.
Para los artistas, pedirá que se los empuje al límite. No es necesario ser un profesional, pretencioso, perteneciente al mercado del arte para ser un artista, como se busca que se deje de lado la idea de artistas académicos y que se rechace las barreras que dividen las diferentes categorías del arte, fluxus busca que el artista se entregue al juego. El arte Fluxus debe mantenerse simple y quién lo produce debe divertirse.
Total art match-box 1966
Fluxus no puede existir sin que se presente una paradoja. Para presentar sus obras, sus acciones encontradas, necesita de un artista que lo haga y lo presente ante un público. Para que la exploración de Fluxus tenga sentido, necesita de las fronteras artísticas que propone la alta cultura, necesita del contexto artístico estructurado para poder acabar con el. Huyssen afirma que hay una estética de la negación: negación del mercado del arte, de la noción de un gran creador individual, del artista como héroe o redentor, del objeto de arte como artículo cosificado; negación de las fronteras tradicionales entre música, literatura y artes visuales. Y una estética afirmativa: afirmación de la intensa presencia de las acciones intermedia, de la diversión y el goce de los ejecutantes y el público en contra de la sublime seriedad de la alta cultura moderna, las acciones sencillas y habituales de la vida cotidiana y su relación inherente con el arte y del objeto-acción concreto minimal.
Maciunas sugiere que la paradoja es algo estructural del movimiento, una expresión conceptual de la forma de pensamiento fluxus, que lleva a los límites a partir del juego y el humor los conceptos establecidos, los roles, para cuestionarlos, desarmarlos y transformarlos en absurdos. Por esto considero que “Total art match-box” 1966 entra en la paradoja planteada, esta obra con "instrucciones" impresas en la portada que dicen: "UTILICE ESTOS FÓSFOROS PARA DESTRUIR TODO EL ARTE - MUSEOS BIBLIOTECA DE ARTE - READY MADE - ARTE POP Y TODO LO QUE HAYA FIRMADO COMO OBRA DE ARTE- QUEMAR - CUALQUIER COSA - MANTENGA EL ÚLTIMO FÓSFORO PARA ESTE FÓSFORO”, los espectadores participaban siguiendo las instrucciones hasta que la caja de fósforos se prende a si misma.